Disfruto del oscuro conflicto. Siento indiferencia y un regocijo diabólico. No siento la necesidad humana de mejorar, armonizar, disolver el dolor. Algo en mí se endurece. Que se desenvuelva el drama; que sucedan los accidentes. Desde que soy más fuerte y perdi la autocompasión, siento menos compasión por los demás. Es la prueba de que en el fondo sentía lástima por mí misma a través de los demás.
Pero he estado enferma, de morbosidad, obsesiones, susceptibilidades. Constantemente me siento herida por alguna cosa. Sumo los pequeños agravios y olvido la admiración, los cumplidos, los triunfos. la ira por una pequeña ofensa me arruina el día.
Muy poca introspección. Una semana por mes estoy decidida y totalmente loca, pero consciente de ello. Susceptible hasta el delirio, loca de celos, tan desesperadamente desilusionada. Pero sigo a la deriva. Y una mañana al despertar, estoy cuerda, sin motivo.